miércoles, 1 de septiembre de 2010

HITO Nº1: LA MUJER EN EL INCANATO

La mujer del Incanato era explotada en todos los ámbitos. Era ubicada dentro del clan familiar a través de su trabajo doméstico, sirviendo a los miembros del grupo, participando además, en las faenas agrícolas con el marido y como mano de obra especializada en las “fábricas de telas” que, además eran conventos para mujeres destinadas al Inca y sus allegados.1
De esto, podría deducirse que existían situaciones de discriminación, explotación y subordinación de la mujer por la división sexual del trabajo. Se le observaba participando como ama de casa y realizando, de preferencia, tareas de proyección doméstica, como lo son: el hilado, el tejido, etc. En estas tareas no participaba de ninguna manera el varón, quien tenía aspiraciones sociales muy diferentes a las de la mujer.2


Sin embargo, a pesar de la no explotación de la imagen de la mujer incaica, se observa la  existencia de divinidades femeninas como:  la Pachamama (Diosa de la Tierra); y la Diosa Luna, quienes eran imagenes veneradas por hombres y mujeres. Así, como también resalto la presencia de Curacas (mujeres gobernantes), en ciertas regiones cuya autoridad prevalecía sobre los habitantes de las comunidades.3

Se encuentran muchas versiones respecto al protagonismo de la mujer durante el periodo incaico,  todo recogido de crónicas escritas por los propios colonizadores, por lo que se nota una clara influencia europea en las perspectivas sobre ello, pero también hay escritores que tratan de tomar estos escritos desde una perspectiva más liberal lo que nos lleva a pensar que el rol femenino no fue necesariamente lo que conocemos por los libros de historia usuales usados durante el periodo colegial.
Para comenzar tenemos la leyenda de los hermanos ayar, de esta se cuenta que salieron cuatro hermanos con cuatro mujeres Ayar Manco y Mama Ocllo; Ayar Kachi y Mama Huaco; Ayar Auka y Mama Kora; Ayar Uchu y Mama Rawapara al percatarce del poder de Ayar Kachi y decidieron deshacerse de él, este en vez de vengarse se aparecía ante sus hermanos como intercesor entre ellos y los dioses. Gracias a esto, los hermanos crearon pueblos, labor en la que se destaca, la mujer de Ayar Kaachi.
Si bien esta es la versión más difundida se cree que Manco Capac tuvo dos compañeras Mama Ocllo y Mama Huaco, ambos de roles muy diferentes. Mama Ocllo representaba a la mujer subordinada y sumisa, mientras que Mama Huaco algo totalmente opuesto, se le consideraba una  guerrera libre y osada.
La versión más conocida se refiere a que Manco Capac portaba una vara de oro que al arrojarla y hundirse indicaría la tierra escogida para asentarse, sin embargo se menciona a  Mama Huaco como encargada de esta tarea, representando la imagen femenina, capitana de su propio ejército, como líder de uno de los cuatro jefes que tomaron el futuro Cusco. Se cree que para ganar un espacio en Acamama, Mama Huaco, capturó a un gualla y lo mató sin piedad haciendo que el resto de guallas abandonaran la plaza y permitieran, a Manco Capac y su gente, ocupar el Cusco.
Según algunos historiadores, en el imperio incaico, la mujer siempre desempeñó la minoría, en donde se aprecia la desigualdad entre el hombre y la mujer. Esto se aprecia desde el nacimiento, ya que se cuenta que si el recién nacido era varón le correspondía un topo de tierra, mientras que si era mujer solo le correspondía la mitad. La mujer tenía la obligación de estar al servicio de su esposo y su voluntad, encargada de las labores domesticas.
Si bien la versión sobre la subordinación de la mujer ante el varón es conservadora y apoyada en la mayor parte de histografía del Perú incaico, se tienen fuentes que cuando el varón se ausentaba era la mujer quien se encargaba de las tareas políticas, ya que se cree que existieron curacas mujeres en la costa norte, esto debido a la no existencia de herederos masculinos, algo que no es posible demostrar hasta el momento aunque existen indicios de su participación activa en funciones políticas.
A pesar de lo que se encuentra en la histografía  sobre que el poder político recaía en los incas, en la sociedad incaica la mujer de elite tuvo una mayor vinculación al poder, esto se muestra en la participación de las coyas.
La asociación de la mujer con la Luna, hacían entrever la dualidad con el Inca y el Sol, lo que hace comprender el aislamiento de ambos con la tierra, debido a su comprensión como seres sagrados.
La Coya era la reina, la principal esposa, la hija del Sol, la esposa de todo el imperio del Tahuantinsuyo, considerada así después del matrimonio con el Inca, proveniente de la elite cusqueña, elegida en un complejo proceso de sucesión,  en la que solo ganaba quien era la mejor y se convertía en Coya el mismo día que el Inca tomaba el poder. Esta se asocia con los rituales agrarios y la fuerza de trabajo en el área textil. Ya que si bien en el ámbito del poder se vinculaba con la presencia masculina, la mujer actuaba como un elemento opuesto pero complementario.
Se tiene información del Inca y sus coyas a través de pinturas y aunque no hay seguridad de sus nombres, debido a la cantidad de coyas que tenía cada soberano, se cree que la primera coya fue Mama Huaco.
Si bien la mujer era considerada un ser sagrado, su participación también se relacionaba con el manejo del poder por su protagonismo en los ritos y de forma indirecta en las decisiones políticas, como se ejemplifica cuando Huayna Capac retarda el traslado a Quito por la intervención de la Coya y la intercesión de Mama Ocllo para detener los castigos contra la gente de Yanayaco. Si bien no tomaba las decisiones directamente, ejercía un poder de disuasión por su obvia cercanía al Inca.
Además, la mujer formaba parte importante en la redistribución  a través de la elaboración de la ropa y del cuidado de las alianzas con los demás grupos a partir de la organización de rituales  que estabilizaba las relaciones sociales.
Otras mujeres asociadas al inca fueron las “vírgenes del sol” o acllas seleccionadas a través de convocatorias anuales  por propia voluntad, tenían cerca de 10 años, usualmente hijas de los curacas, a las que se les recluía en los acllahuasis después de su elección, tenían labores religiosas, prestaban servicio  al inca y a la elite cusqueña. Aquellas dedicadas a venerar al sol debían permanecer vírgenes, las cuales solo podrían mantener relaciones sexuales con el Inca por considerarse un actividad religiosa.
Estas eran cuidadas por las mamaconas, sacerdotisas que veneraban al sol, se dedicaban a la educación de las acllas.
Solo había sacrificios humanos por acontecimientos importantes como peligro o muerte del Inca. Se cree que al fallecimiento de un inca sacrificaban a las mujeres  para que le sirvieran en la otra vida, incluso se cuenta que un curaca ofreció a su hija de diez años como víctima para congraciarse con el inca, la cual fue enterrada viva en una tumba subterránea. La confirmación de tales sacrificios se vio al encontrar tumbas de mujeres  jóvenes momificadas sin cabeza. También se sabe que en las ceremonias en las que echaban fuera las enfermedades y los males se sacrificaba a alguna de las hijas o hermanas del Inca, algo que se cree sucedió con la conocida “momia Juanita” que equivocadamente se cree fue momificada cuando en realidad estuvo congelada debido a la altura.
Los casamientos variaban dependiendo de la jerarquía que poseían. Los nobles y señores poseían numerosas mujeres y concubinas, llamadas mujeres de servicio, mientras que en las clases populares solo poseían a una mujer y cuando enviudaban  pasaba un tiempo prudente hasta que le concediesen el permiso para unirse en matrimonio a otra, ellos también se complementaban en el campo y la casa. Se detectaron actividades netamente de mujeres, es decir, se veía a los esposos arando la tierra mientras que las mujeres se agachaban para depositar las semillas o tubérculos en la tierra. Se cree que el 60% de las tareas en el campo eran exclusivas de las campesinas.
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1 LUMBRERAS, L.G. El Perú pre-hispánico. In: LUMBRERAS, L.G. et al. Nueva historia general del  Perú. Lima: Mosca Azúl, (s.d.) 263p.
2 VILLAVICENCIO, M. Breve historia de las vertientes del movimiento de mujeres en el Perú. Lima: Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 1990. 45p.
3 SILVA, E. Situación laboral, legal y política de la mujer peruana. /Presentado al VII Congreso Nacional de Enfermería, Lima, 1984/ mimeografiado.

VIDEO:
FUENTE: Programa Sucedio en el Perú, en el cual nos relata las labores que realizaba la mujer en el IMPERIO INCAICO.



ALGUNAS IMAGENES


BIBLIOGRAFIAS:

LIBROS:


LUMBRERAS, L.G. El Perú pre-hispánico. In: LUMBRERAS, L.G. et al. Nueva historia general del Perú. Lima: Mosca Azúl, (s.d.) 263p.

VILLAVICENCIO, M. Breve historia de las vertientes del movimiento de mujeres en el Perú. Lima: Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 1990. 45p.

SILVA, E. Situación laboral, legal y política de la mujer peruana. /Presentado al VII Congreso Nacional de Enfermería, Lima, 1984/ mimeografiado.

MEZA, Carmen y HAMPE, Teodoro (comps.) (2007) La Mujer en la historia del Perú (siglos XV al XX).  1 ª . ed. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú
HERNANDEZ, Francisco (2002) La Mujer en el Tahuantinsuyo. 1 ª . ed. Lima: Fondo Editorial del Pontificia Universidad Católica del Perú

PAGINAS WEB:

http://www.youtube.com/watch?v=d2cGFRbAftk.
http://www.foroswebgratis.com/tema-la_mujer_a_traves_de_la_historia_peruana-35635-212663.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/La_mujer_en_la_sociedad_incaica